La socialización de nuestros galgos

Proceso mediante el cual el perro se relaciona con otros perros y con las personas. Mediante la socialización va aprender a ignorar elementos que no son peligrosos, se van a prevenir agresiones y futuros miedos y se facilitará su entrenamiento.

La socialización es un proceso  que debe hacerse de forma continua y agradable.

Cuando un perro no está socializado es un perro miedoso y puede ser peligroso o agresivo. En la socialización del cachorro su criador deberá usar un tono de voz suave y agradable.

El cachorro no puede aprender, si no se le enseña. Todos los problemas de comportamiento y temperamento son fáciles de prevenir durante la etapa de cachorro, pero estos mismos son muy difíciles de resolver cuando el animal ya es adulto.

La raza y dentro de ella el caudal genético de cada individuo (padres, abuelos.), nos pueden ayudar a conocer su comportamiento básico, como sus posibles enfermedades hereditarias, y su esperanza de vida. No obstante  puede haber tantas variaciones de rasgos temperamentales entre individuos de la misma camada, como entre perros de diferentes razas.

Las influencias ambientales (socialización y adiestramiento), ejercen un papel importante sobre el comportamiento y el temperamento deseable. Así es importante a la hora de adquirir un cachorro, tener en cuenta su genética y su criador.

Socialización del galgo

Si el cachorro es separado de su madre y hermanos demasiado pronto, perderá la oportunidad de interacción entre cachorro-cachorro y cachorro-madre, y además con la llegada al nuevo hogar deberá pasar la cuarentena sin tener contacto con otros perros,  crecerá con una pobre socialización. Por otro lado cuanto más tiempo este en el hogar inicial, mayor apego a su familia canina y será más difícil la transición.

El momento óptimo para adquirir un cachorro es a las 8 semanas de vida, a esa edad ha tenido tiempo suficiente para interaccionar con la madre y con el resto de la camada.

La sensibilización temprana evita problemas en perros adultos.

Los cachorros recién nacidos puede que no vean u oigan bien, pero son capaces de oler y sentir, así que exponerlos a estímulos cuando sus ojos y oídos no están todavía desarrollados (visión borrosa y audición amortiguada), les permite habituarse gradualmente a escenas y ruidos que les podrían asustar de adultos; es normal que los cachorros reaccionen ante los ruidos pero es importante valorar la intensidad de respuesta de cada cachorro y el tiempo de recuperación del mismo. Es importante prestar atención a cada cachorro, al menos durante una hora y observar su comportamiento, lo que mordisquea y donde hace sus necesidades.

Es importante que disfruten cuando se les acaricia y hay que darles masajes y examinarles cuello, orejas, almohadillas, barriga,…, porque en un futuro facilitarán su manejo por el propietario, veterinario, peluquero…..

La ansiedad por separación, los miedos, la agresividad a personas deben prevenirse antes de  que el cachorro tenga 3 meses. Los cachorros criados aislados estarán peor preparados para adaptarse a una vida familiar y desde luego  no estarán preparados para encontrarse con niños u hombres. Si tu cachorro es el único en la camada o ha sido criado a biberón, la socialización con otros perros es prioritaria y debe hacerse tan pronto como el cachorro este protegido inmunológicamente frente a las enfermedades más frecuentes, lo normal es sobre los 3 meses de edad.

Cuando un cachorro de  6 a 8 semanas se muestra tímido o miedoso,  es indicativo de una socialización pobre e insuficiente, y a medida que pase el tiempo será más difícil su solución.

El momento más crítico de la vida  de un perro es su etapa de cachorro, ya que las impresiones son imborrables y duran toda la vida, así el aprendizaje en esta etapa tendrá un efecto profundo y duradero.

También es importante la inhibición del mordisco en torno a las 18 semanas,  a partir de ese momento, comenzara su etapa  de adolescente  y el periodo de aprendizaje comenzara a cerrarse.

Es importante enseñar al cachorro a no tener miedo a ninguna persona, hemos de exponerlo a gente conocida, luego a gente desconocida, adultos antes que niños y mujeres antes que hombres.

No es suficiente que el cachorro tolere que le toques, tiene que aprender a disfrutar cuando se le manipula.

Hay que tocar al cachorro desde el nacimiento para que sea un adulto tranquilo y relajado; las caricias deben ser lentas y suaves desde la cabeza hasta la cola, con masajes en la base de las orejas o en el pecho, esto hace que el cachorro se calme. Si lo tumbaros de espaldas y le frotamos la barriga con movimientos circulares se relajará.

El ponerse boca arriba es una señal de calma y sumisión. Lamer y  dar la pata son dos señales de apaciguamiento.

Un pero adulto también puede mostrarse temeroso cuando lo miras fijamente a los ojos, si durante la etapa de cachorro no se le ha enseñado aceptar el contacto visual directo.

La clave de la desensibilización es que debe ser progresiva y trabajar despacio.

La salud psicológica (temperamento y equilibrio mental) es importante, pero lo es también salud física, por eso hay que respetar el programa vacunal del cachorro mientras se está llevando a cabo la socialización. Tan pronto como sea seguro para tu cachorro salir a la calle, llévalo de paseo, pues es el mejor ejercicio de socialización y adiestramiento.

El secreto para que un perro este bien socializado es sacarlo de paseo varias veces al  día, de manera que se encuentre con muchos perros y personas.

Durante el paseo haz un  par de descansos, pasea sin prisa, dale la oportunidad de relajarse y mirar el entorno, también dale algún premio para evitar que se asuste o tenga miedo ante algunas situaciones que se puedan presentar.

Cuidado porque durante los paseos loes perros tiran de la correa por diferentes razones, una de ellas es porque si van delante ven mejor, pero además llevar la correa tensa parece que les guste y así en cada tirón van a tensar la correa y se va reforzando este comportamiento; el paseo es una actividad para conseguir que el perro se relaje. Es importante alternar periodos cortos que el perro camine a tu lado con periodos que se le permita alejarse, ya que caminar en la posición de juntos se va reforzando con la autorización para alejarse y olfatear…También es importante la posibilidad de tirar de la correa y usarlo como recompensa para que camine a tu lado y en calma. No debes permitirle al perro que él decida cuando tirar de la correa, así si tira de la correa inmediatamente quédate quieto y espera; una vez que afloje la tensión  o se siente reanuda el paseo.

El paseo habitual es una de las mejores recompensas para el perro. Antes de ir de paseo, práctica que la salida de casa sea de forma tranquila y controlada y siempre saldrá después de ti; cuando cumpla estas premisas es el momento de salir de paseo.

Cuando un perro está realizando un comportamiento no solicitado, el está aprendiendo ese comportamiento.

Las sesiones de adiestramiento repetitivo te permiten resolver problemas, el perro irá respondiendo  más rápido con cada repetición.

No olvides practicar con el perro en el coche, enseñarle a sentarse y a tranquilizarse antes de salir de viaje. Es más fácil enseñarle con el coche parado.

Integrar adiestramiento en los juegos caninos, hace que el cachorro aprenda que los juegos tienen reglas, así el adiestramiento se convierte en juego y los juegos se convierten en adiestramiento.

Cada vez que interrumpas una actividad agradable o  juego, ordenando que se siente o se tranquilice  prémialo, y después reanuda el juego para reforzar la obediencia. Cuánto más interrupciones durante  el juego, más oportunidades  tendremos de premiarlo y enseñarle.

Para que tu cachorro obedezca adiéstralo en sesiones cortas pero frecuentes.

Para enseñar respuesta a la llamada, antes de soltar al cachorro para que juegue con otros perros o que corra a sus anchas hay que darle una orden de quieto o sienta para que no esté excitado antes de dejarle libre, de lo contario estaremos reforzando un comportamiento no deseado. Cada poco tiempo le llamaremos y le pondremos la correa premiándole, hablándole en tono suave y acariciándole. Después  de sucesivas sueltas, el perro aprenderá que cuando lo llaman debe acudir al lado de su dueño y que acercarse no tiene porque ser el final de esa actividad, ni tiene porque ser un motivo desagradable, sino que es un descanso con recompensa. Si lo llamas y te vas, asocia la llamada a fin de  esa actividad y se acercará con desgana, orejas gachas, despacio, esta actitud te enfadará, darás voces y el cachorro cada vez estará menos dispuesto a acercarse.

 

También es importante la alimentación y así descubrimos las ventajas de dar de comer en la mano.

Al darle de comer en la mano le enseñaremos a controlar su mandíbula y que aprenda inhibición del mordisco. También facilitará más adelante la limpieza de sus dientes.

Es importante utilizar una alimentación adecuada, y  usar comederos individuales. Los perros tímidos o inseguros prefieren comer de noche o cuando se queden solos.

Si un cachorro crece comiendo solo, no querrá que se le moleste a la hora de la comida cuando sea adulto.

La importancia de la inhibición del mordisco durante la socialización, es importante que se practique a lo largo de toda la vida del perro, y es importante para relacionarse con su familia humana

Es normal y natural que los cachorros muerdan,  forma parte de su comportamiento; cuanto más muerda el cachorro y cuanto mejor su aprendizaje al respecto, menos peligroso serán sus dientes cuando sea adulto. Los cachorros a pesar de tener sus dientes muy afilados poco pueden lastimar porque sus mandíbulas son débiles durante este periodo. Los juegos y peleas entre cachorros les enseñan a controlar sus mandíbulas, si un cachorro muerde a otro demasiado fuerte, va a  recibir la reacción propia por parte del agredido. Estos juegos servirán para inhibir el mordisco con otros perros y también para inhibirlo frente a las personas.

Es importante practicar el control del cachorro cuando se encuentre excitado y así cuando juegues con él, haz frecuentes interrupciones, al menos un pausa cada minuto, así pruebas que tienes controlada la situación,  haz que el cachorro  se calme y tranquilice y luego reanuda el juego; cuanto más practiques más control tendrás sobre el cachorro.

Los juegos son esenciales para aprender normas, así cuando sea adulto, preferirá jugar en lugar de huir o pelear. Los perros que muerden son por falta de socialización, un alto porcentaje de mordeduras ocurre cuando intentamos agarrar al animal por el cuello o por el collar, porque el ha aprendido que cuando lo agarras algo malo va ocurrir y se vuelve receloso.

Cuanto menos socializado está el perro más posibilidades de que muerda y de que se pelee. Una simple pelea puede ser el final de la socialización, es muy frecuente que animales adolescentes (a partir de los 4,5 a 5 meses) machos adopten posturas intimidatorias, gruñan, tengan mirada fija o incluso se peleen, todo esto son señales de una falta de confianza en sí mismos; con tiempo y socialización continua los adolescentes aumentan su confianza. Una buena socialización del perro adolescente te permite una buena socialización de tu perro adulto.

Los gruñidos y peleas son actividades propias del desarrollo normal de un perro, pero “hacer daño” a otro perro no lo es. Si durante las peleas no se hieren, en cada pelea tu perro te está indicando que tiene una buena inhibición del mordisco, pero si tu perro ha herido a otro te indicara que no ha aprendido la inhibición del mordisco. Un perro adulto peleón sin inhibición del mordisco es muy difícil de reeducar mientras que la prevención cuando es cachorro es mucho más fácil.

Cuando el cachorro gruña, no lo regañes, en su lugar y una vez que termine de gruñir prémialo, porque los reforzamientos positivos son más importantes que los castigos. El castigo excesivo no es productivo y crea más problemas que los que resuelve.

Cuando los castigos son muy frecuentes nos están indicando una socialización defectuosa.

Es importante  premiar y practicar los refuerzos positivos, socializar significa ofrecer experiencias positivas.

GALGO.

Son una raza de perros con pocos problemas de agresividad, de carácter tranquilo, cariñoso y sensible, son muy inteligentes y muy sociables sobre todo con su dueño, conviven muy bien con otras razas caninas y también con gatos. Se llevan bien con los niños. Pueden llegar a dormir mucho, hasta a unas 18 horas, sin moverse. Querrán jugar con perros más pequeños o con gatos porque su naturaleza es de perseguidores. Son animales cazadores, que lo hacen por la vista, así alcanzan a ver aproximadamente unos 800 metros y tienen un rango de visión de unos 270º. Son parecidos a los gatos porque son muy sensibles al frio y a la lluvia, porque apenas tiene grasa y su piel es fina.

Son perros que aprenden rápido y casi nunca ladran, su socialización es relativamente fácil. Es importante incentivarlos con juegos porque se han utilizado para cazar y no saben jugar, no suelen ser  animal de compañía, y no saben entretenerse cuando están solos. Su esperanza de vida aproximada es entre 10 -14 años.

Son animales con una seña de identidad y es que saben reír”, son gestos que hacen con la boca que imitan la risa, cuando están contentos.

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.