La Federación Andaluza de Galgos y  en consonancia la Federación Española de Galgos, han sido informadas por la Universidad de Córdoba, respecto al brote de mixomatosis aparecido en la liebre. Información que hacemos extensiva al resto del colectivo galguero.

Tras descartar procesos de tipo bacteriano o tóxico, desde EL Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba en colaboración con el dispositivo de Emergencia Sanitaria del Programa de Vigilancia Epidemiológica de la Fauna Silvestre en Andalucía (PVE) de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, se procedió al diagnóstico histopatológico de varias liebres, que demostró la presencia de células mixomatosas dispersas y corpúsculos de inclusión intracitoplasmáticos eosinófilos en la piel de las liebres analizadas. Este diagnóstico preliminar ha sido confirmado más tarde por el Laboratorio Central Veterinario de Algete, tras la detección de bandas de amplicones del genoma del virus de la mixomatosis en todas las liebres mediante técnicas moleculares de PCR. Por tanto, se confirma el diagnóstico de mixomatosis

Hasta hoy la mixomatosis en la liebre era una enfermedad esporádica y sin ningún tipo de importancia médica o epidemiológica para los animales. Sólo en la fase de clímax epidémico en conejo se podían ver algunos casos en liebre, pero sin apenas trascendencia.
Sin embargo, ahora parece que se trata de una cepa que ha mutado (esto ha de comprobarse todavía mediante secuenciación) y se ha adaptado a la transmisión efectiva entre las liebres, en las que  genera un cuadro sobreagudo y mortal, sin la aparición de mixomas aparentes.
Parece ser que la enfermedad ha surgido en los alrededores del arroyo Salado en el término municipal de Montalbán  y se ha ido extendiendo a zonas colindantes, con un radio de unos 15 km (por ahora, pero parece que con focos puntuales en otras provincias -Ciudad Real, Cuenca y Navarra- aunque en estas no está confirmado por laboratorio).
Como es lógico, por ahora no hay vacunas y lo único que nos queda es intentar campañas de desinsectación (al menos en el conejo la transmisión más frecuente es mediante la acción de insectos vectores, en la liebre no se sabe aún) si es que se puede. 
Al ser una enfermedad nueva en la liebre, faltan muchos estudios e incógnitas por desvelar, por lo que debemos ser cautos y dejar que los profesionales hagan su trabajo y marquen las pautas a seguir. Mientras tanto estaremos muy alertas para actuar en consonancia con las directrices marcadas.