Los datos de la Fundación Affinity, vuelven a dar la razón a las federaciones deportivas de caza y de galgos y al colectivo de cazadores en general.

El estudio que publica la citada fundación en 2018, está basado en los datos recogidos durante el año anterior (2017) y en el mismo, se afirma que en nuestro país se abandonaron un total de 104.834 perros y un total de 33.473 gatos. Así pues, el total de animales asciende a 138.307 para el periodo registrado.

Según hace público en su página web la revista Jara y Sedal, basándose en los datos de la fundación, los motivos de abandono más usuales en primer lugar se destaca, por animales procedentes de camadas indeseadas -un 15% que se mantiene respecto al año anterior-, factores económicos -con un 12% al igual que en el estudio de 2017-, pérdida de interés por el animal -que asciende hasta un 10% de los casos-, problemas de comportamiento -con un 11%, bajando la cifra de 2017- y fin de la temporada de caza -un 12% de los casos, frente al 13% del año anterior.

La mejor noticia que podemos extraer del estudio de la fundación Affinity, es que un año más, la cifra de perros de caza abandonados continúa bajando. De esta manera, se sigue evidenciando la falsedad de ciertos bulos vertidos por el colectivo animalista. Con las cifras en la mano, esta afirmación se cae por sí sola, como ya se han demostrado por activa y por pasiva los estudios al respecto y como en numerosas ocasiones el SEPRONA ha reconocido. Desde nuestro colectivo no debemos mirar para otro lado y con un solo caso de abandono que exista, las federaciones debemos seguir trabajando para erradicar del todo esta praxis, pero no podemos tolerar que todo un colectivo sea «maltratado» por la sociedad, porque como en cualquier orden de nuestra sociedad, exista una minúscula minoría que puntualmente pueda realizar un acto indeseable y condenatorio por parte de todo nuestro colectivo

Además podemos sustraer del estudio, que si tenemos en cuenta los porcentajes de abandonos por fechas, se demuestra que la época en la que acaba la temporada general de caza, es decir, el mes de febrero, tampoco es la de mayor número de abandonos. El segundo cuatrimestre del año, entre abril y agosto, con un 35% de los casos es en el que más animales se abandonan. Curiosamente, estas fechas coinciden con el periodo estival y las vacaciones y no se corresponden para nada con el final de la actividad cinegética, como claman algunos animalistas y protectoras.

Por último, cabe resaltar que el perfil de animal que más se abandona según Affinity coincide con animales adultos -no viejos-, mestizos, sanos y sin el microchip correspondiente, lo cual tampoco se corresponde con el perfil que las protectoras quieren hacer llegar a la sociedad, para engordar su «negocio» de las adopciones, que tan rentables les está siendo en el centro y norte de Europa.